Tu verdad.
Nuestra verdad?
Conjunto habitacional desarrollada en la céntrica neurona
que viaja directo a la conciencia, robaste, dictaminaste una epidemia que
desato una maldición.
La maldición de no creer y disminuir la división marginal y
poca conocedora de la cual es mi rasa, chusca, pero de fino olfato, una
descarga que destruye una mansión, tu guarida, tu inocencia estúpida y mal
fingida, o no quise reconocer, basta ya, aquí estamos, ahora nació el hijo de
mi bilis, de mi desazón y el sarcasmo con el cual me crió mi madre, mi calle,
mi raíz.
Esto no es un reclamo, es un aprendizaje, una munición
directa a la aorta.
La vida no sonríe, no hay luz, no hay sol, es tiempo de
descansar y levantar el objetivo, karma es el arma, karma me espera, karma tendrás,
empezamos a jugar.. la ruleta esta
girando y las apuestas van subiendo en este juego incierto.
Se termino la verdad, se inicio la era de justicia, justicia
divina, que no discrimina, siempre y cuando tengas plata, un floro barato, un
buen perfume y el gileito perfecto.
Recuerda que el aroma de la vida se combina con acciones y
situaciones conectadas por el destino, quien rompe la ilación del destino
termina junto a mi balcón observando como las estrellas entran en mi cama y
generan sueños y fecundan mis ganas de salir por los aires a conquistar mis
mundos y mis miedos, miedos que dejaron de llevarse en los hombros.
Hay sueños mejores, ilusiones peores, rencores viviendo con
los míos y este es mi lugar, mi tiempo.
mi conexión, un día los muertos vamos a festejar en la tierra y en los cielos
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