jueves, 24 de marzo de 2011

24/03/2011

Somos un constante aprender, somos aquel libro empolvado que no todos comprenden, aquel libro escondido en el rincón que nadie busca, la mierda que comen los críticos popularmente llamados “amigos”
La clave del éxito es el respeto, la escritura no comprendida por los letrados y doctores que ostentan títulos en reales academias donde el que lee mas se llama culto, el que tiene derecho a llamar a las cosas por nombres extraños que nunca entendemos, que saben sobre problemas?
Son el banquete preferido por las ideas más recónditas que pasan usualmente por un cerebro devastado por armas sociales, por una sociedad nauseabunda que no sabe ver más allá de las vidas de los demás, esos críticos que se denominan a sí mismos como críticos, aquellas personas que desprenden un olor a azufre, un olor pestilente ese olor que la música convierte en melodías perfectas, esas guitarras afiladas que decapitan doctrinas creadas por el hombres, esas palabras de apoyo que nunca encontramos en oraciones comunes y celebres por el ser racional, aquel empleador que no valora, aquel amigo que no escucha, aquel ego centrista que apesta, que perfecta sinfonía, no existe política, no existe realidad, solo respirar, solo tan solo en medio de aquella multitud.
Están saturando los sueños, reprimiendo, escupiendo, latidos, todo sigue siendo igual, solo quedan aquellas gotas que caen sobre algunas semillas seleccionadas por las aves que buscan alimentar sus cerebros por locura, aquella locura preciada por muchos y tan recriminada por el común denominador.
Estamos listos para el día final? Mas que preparado para enfrentar esa batalla, listo para derramar sangre sobre las nubes que llevan los sueños de pocos y que portan las pesadillas de muchos.

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